luns, marzo 30, 2015

Nós lemos, e ti?

Tiñamos pensado participar neste concurso, pero ao final non demos feito. 
Con ocasión do DÍA INTERNACIONAL DO LIBRO INFANTIL, a Organización Española para o Libro Infantil e Xuvenil, xunto coas súas catro seccións: Asociación Galega do Libro Infantil e Xuvenil (GÁLIX), Consejo General del Libro Infantil y Juvenil, Consell Català del Llibre Infantil i Juvenil (ClijCAT) e Galtzagorri Elkartea, co patrocinio do Ministerio de Educación, Cultura e Deporte, convoca o concurso “Nós lemos, e ti?”. 

  •  Poden participar todos os lectores e lectoras que estean cursando Primaria ou primeiro ciclo de Secundaria, a través do seu centro docente ou dende a biblioteca.
  • Reunir membros da familia ou amigos que queiran participar.
  • Escoller un libro en galego cada un e co móbil ou cunha cámara facerse unha selfie. É imprescindible que se vexan os libros.
  • Deberá acompañar á selfie un breve texto explicando o motivo polo que o/a participante escolleu ese libro. Tamén deberá constar o nome e apelidos do/a participante, o domicilio, poboación, teléfono, ano de nacemento e nome do centro docente ou biblioteca, do titor/a ou bibliotecario/a, domicilio, poboación, teléfono e correo electrónico.
  • Os centros docentes e bibliotecas deberán seleccionar un máximo de tres traballos por curso segundo o seu bo criterio e entregalos directamente ou ben remitilos por correo postal ou correo electrónico antes do día 2 de abril aos seguintes enderezos en función da súa residencia:     
            Asociación Galega do Libro Infantil e Xuvenil (GÁLIX)     
            Centro de Emprendemento Creativo de Galicia. Cidade da Cultura de Galicia. 
            Monte Gaiás, s/n. 15707 Santiago de Compostela. Tel.: 881 99 61 09 galix@galix.org
            OEPLI. concursodiainternaconal@oepli.org  
  • Establécese un premio para cada unha das seguintes categorías ( Primeiros lectores: 1º, 2º e 3º de Primaria / Lectores avanzado: 4º, 5º e 6º de Primaria / Superlectores: 1º e 2º de Secundaria) e ámbito lingüístico.
  • Cada un dos premios estará dotado cun diploma e lote de libros para os premiados e a entidade (biblioteca ou centro docente) que presente os traballos.             
                                                                                    (Información facilitada por GÁLIX)



A última semana foi tremendamente agotadora tanto para profes como alumnado. E non se dá chegado a todo! 
Así que agradecemos enormemente a Lucía Lalín Pérez e Silvia Souto Froján que buscasen un minuto para realizar un selfie e mandarnos o seu traballo.





Sobre este último libro:
Encantoume, sobre todo como se desenvolveu a historia. Esta é do máis entretida e enganchante, non hai ningún momento no que non podas deixar de ler. Nela Xabier pasa o verán na casa das súas curmáns, con elas descubrirá un misterio do máis entretido. Ademais o personaxe de Violeta foi o que máis me gustou, cambiou moito dende o comezo da historia ata o final.



domingo, marzo 29, 2015

Percebes o lechugas o taburetes

Un artigo de Javier Marías que me gustaría que lerades:
El titular no podía ser más triste para quienes pasamos ratos magníficos en esos establecimientos: “Cada día cierran dos librerías en España”. El reportaje de Winston Manrique incrementaba la desolación: en 2014 se abrieron 226, pero se cerraron 912, sobre todo de pequeño y mediano tamaño. Las ventas han descendido un 18% en tres años, pasándose de una facturación global de 870 millones a una de 707. La primera reacción, optimista por necesidad, es pensar que bueno, que quizá la gente compra los libros en las grandes superficies, o en formato electrónico, aunque aquí ya sabemos que los españoles son adictos a la piratería, es decir, al robo. Nadie que piratee contenidos culturales debería tener derecho a indignarse ni escandalizarse por el latrocinio a gran escala de políticos y empresarios. “¡Chorizos de mierda!”, exclaman muchos individuos al leer o ver las noticias, mientras con un dedo hacen clic para choricear su serie favorita, o una película, o una canción, o una novela. “Quiero leerla sin pagar un céntimo”, se dicen. O a veces ni eso: “Quiero tenerla, aunque no vaya a leerla; quiero tenerla sin soltar una perra: la cultura debería ser gratis”.
Pero el reportaje recordaba otro dato: el 55% no lee nunca o sólo a veces. Y un buen porcentaje de esa gente no buscaba pretextos (“Me falta tiempo”), sino que admitía con desparpajo: “No me gusta o no me interesa”. Alguien a quien no le gusta o no le interesa leer es alguien, por fuerza, a quien le trae sin cuidado saber por qué está en el mundo y por qué diablos hay mundo; por qué hay algo en vez de nada, que sería lo más lógico y sencillo; qué ha pasado en la tierra antes de que él llegara y qué puede pasar tras su desaparición; cómo es que él ha nacido mientras tantos otros no lo hicieron o se malograron antes de poder leer nada; por qué, si vive, ha de morir algún día; qué han creído los hombres que puede haber tras la muerte, si es que hay algo; cómo se formó el universo y por qué la raza humana ha perdurado pese a las guerras, hambrunas y plagas; por qué pensamos, por qué sentimos y somos capaces de analizar y describir esos sentimientos, en vez de limitarnos a experimentarlos.
A ese individuo no le provoca la menor curiosidad que exista el lenguaje y haya alcanzado una precisión y una sutileza tan extraordinarias como para poder nombrarlo todo, desde la pieza más minúscula de un instrumento hasta el más volátil estado de ánimo; tampoco que haya innumerables lenguas en lugar de una sola, común a todos, como sería también lo más lógico y sencillo; no le importa en absoluto la historia, es decir, por qué las cosas y los países son como son y no de otro modo; ni la ciencia, ni los descubrimientos, ni las exploraciones y la infinita variedad del planeta; no le interesa la geografía, ni siquiera saber dónde está cada continente; si es creyente, le trae al fresco enterarse de por qué cree en el dios en que cree, o por qué obedece determinadas leyes y mandamientos, y no otros distintos. Es un primitivo en todos los sentidos de la palabra: acepta estar en el mundo que le ha tocado en suerte como un animal –tipo gallina–, y pasar por la tierra como un leño, sin intentar comprender nada de nada. Come, juega y folla si puede, más o menos es todo.
Tal vez haya hoy muchas personas que crean que cualquier cosa la averiguarán en Internet, que ahí están los datos. Pero “ahí” están equivocados a menudo, y además sólo suele haber eso, datos someros y superficiales. Es en los libros donde los misterios se cuentan, se muestran, se explican en la medida de lo posible, donde uno los ve desarrollarse e iluminarse, se trate de un hallazgo científico, del curso de una batalla o de las especulaciones de las mentes más sabias. Es en ellos donde uno encuentra la prosa y el verso más elevados y perfeccionados, son ellos los que ayudan a comprender, o a vislumbrar lo incomprensible. Son los que permiten vivir lo que está sepultado por siglos, como La caída de Constantinopla 1453 del historiador Steven Runciman, que nos hace seguir con apasionamiento y zozobra unos hechos cuyo final ya conocemos y que además no nos conciernen. Y son los que nos dan a conocer no sólo lo que ha sucedido, sino también lo que no, que con frecuencia se nos aparece como más vívido y verdadero que lo acaecido. Al que no le gusta o interesa leer jamás le llegará la emoción de enfrascarse en El Conde de Montecristo o en Historia de dos ciudades, por mencionar dos obras que no serán las mejores, pero se cuentan entre las más absorbentes desde hace más de siglo y medio. Tampoco sabrá qué pensaron y dijeron Montaigne y Shakespeare, Platón y Proust, Eliot, Rilke y tantos otros. No sentirá ninguna curiosidad por tantos acontecimientos que la provocan en cuanto uno se entera de ellos, como los relatados por Simon Leys en Los náufragos del “Batavia”, allá en el lejanísimo 1629. De hecho ignora que casi todo resulta interesante y aun hipnotizante, cuando se sumerge uno en las páginas afortunadas. Es sorprendente –y también muy deprimente– que un 55% de nuestros compatriotas estén dispuestos a pasar por la vida como si fueran percebes; o quizá ni eso: una lechuga; o ni siquiera: un taburete.

sábado, marzo 28, 2015

mércores, marzo 25, 2015

Cidades de libro



En moitos países fundáronse vilas do libro en pequenos lugares que dalgún xeito estaban vinculados ao mundo da cultura. Algunhas delas están agrupadas na International Organization of Book Towns.
En Europa:


  1. Hay-on-Wye (Reino Unido)
    Se encuentra en Gales, aunque justo en la frontera con Inglaterra, no lejos de Cardiff. Fue la que empezó todo el movimiento en 1962 y es un destino por sí mismo. Organiza un importante festival literario durante la primera quincena de junio.

  2. Urueña (España)
    En la provincia de Valladolid, esta ciudad amurallada de apenas doscientos habitantes tiene una docena de librerías y es por el momento la única representante de esta iniciativa en nuestro país.


  3. Montolieu (Francia)
    A 17 km de Carcasona se encuentra la que posiblemente sea la ciudad de los libros y, en este caso también de las artes gráficas, más famosa de Francia. Aunque no es ni mucho menos la única, habiendo otras igualmente espectaculares en Cuisery (Borgoña), Montmorillon (Poitou-Charentes), Fontenoy-la-Joûte (Lorena), Bécherel (Bretaña)...


  4. Montereggio (Italia)
    Esta minúscula pedanía de Mulazzo, alejada del mundanal ruido en la provincia toscana de Massa Carrara, representa el mundo del libro con mayúsculas en Italia. En agosto organiza un festival.


  5. Redu (Bélgica)
    Desde 1984 este pueblecito en las Ardenas, no lejos de Charleroi, se ha convertido en uno de los lugares más visitados en Valonia (Bélgica) gracias a sus numerosas librerías y eventos relacionados con el mundo de la literatura.


  6. Bredvoort (Países Bajos)
    Esta pequeña población fortificada dependiente del municipio de Aalten, en la región de Gelderland, no sólo es uno de los lugares más pintorescos de esta parte de Holanda sino el indiscutible centro del libro en el país.


  7. St-Pierre-de-Clages (Suiza)
    Este pequeño pueblo francófono del canton de Valais con aire italiano se ha convertido, desde 1993, en la villa del libro suiza por excelencia. Aunque se organizan eventos durante todo el año, la fiesta grande tiene lugar el último fin se semana de agosto.


  8.   Wünsdorf (Alemania)
    Cerca de la ciudad de Zozzen y no lejos de Berlín se encuentra desde 1998 la única ciudad del libro por el momento en Alemania. Es un lugar muy curioso ya que antes de la unificación de Alemania era un lugar prácticamente secreto e inaccesible, ocupado por las tropas rusas que lo utilizaban como una de sus principales bases.


  9. Fjaerland (Noruega)
    A unos 30 km de Sogndalsfjøra, entre algunos de los fiordos y glaciares más emblemáticos de Noruega, se encuentra la principal villa del libro del país. En casi todos los edificios de esta minúscula aldea se pueden encontrar docenas de volúmenes.


  10. Wigtown (Reino Unido)
    Con más de veinte librerías, esta pintoresca población del suroeste de Escocia es desde 1998 la villa del libro del país. Durante la primera semana de octubre organizan un importante festival literario.



Ollos de aula.20

Número 20 da Revista Ollos de aula, a revista da Coordinadora Galega de ENDL para pais e nais. Non deixedes de botarlle un ollo.

martes, marzo 24, 2015

Sobre as 50 sombras


Xa que tanto andades a preguntar sobre este libro na biblioteca (por certo, NON, non o hai), deixámosvos aquí algunha opinión... por se vos apetece botarlle unha ollada.






 LAURA FREIXAS:

Mi opinión sobre 50sombras
LaVanguardia 28-2-15


MIRADA FEMINISTA SOBRE GREY, o BAMBI SADO-MASO: ¡Chicas, chicas, escuchadme! ¡Tengo una cosa que contaros! Vamos a ver: vosotras trabajáis, estudiáis… Tú por ejemplo, ¿cómo dices que te llamas?, Ana, tú estudias Filología, compartes piso, trabajas como dependienta…. Sabes que nunca llegarás a nada, lo sabes, ¿no? Ni a amasar una fortuna, ni a fundar una gran empresa, ni siquiera a hacer discursos… ¿Que por qué? Bueno, mira a tu alrededor. ¿Quién dirige empresas? ¿Quién se hace rico con su esfuerzo? ¿Quién sale en los periódicos? ¿Has oído hablar del techo de cristal?.... Sí, sí, ya puedes mirar desde abajo, admirativa e impotente, el formidable rascacielos plateado, tan fálico, propiedad de Christian Grey. Por si te quedara alguna duda, en cuanto entras, con tus vaqueros y tu cuadernito, para entrevistar a Míster Grey, te acogen unas señoritas esculturales que abren puertas, llevan cafés, y dejan claro cuál es la jerarquía de los sexos en Grey, S. A. (y en todas partes). De modo, que, chica, ¿cómo dijiste que te llamas?, Ana, si quieres tener chófer, salir en los periódicos, o aunque solo sea cambiar de coche, solo tienes una vía. ¿La adivinas? Sí, esa: ligarte a Míster Grey. ¿Cómo? Escúchame bien. Tienes que ser guapa y tonta, o parecerlo. Tú baja los ojos, tropieza cuando entres en su despacho, asegura que eres virgen, y dile que sí a casi todo. Ojo, he dicho casi. ¿Aceptar que le dé un puñetazo, por celos, a tu mejor amigo? Sí. ¿Obedecerle cuando él decide que salgas de esa discoteca? Sí. ¿Azotes? Sí. ¿Cadenas? Sí. ¿Látigo? Sí. ¿Tapones anales? Ah, no, eso no. ¿Por qué? Mujer, pues para que él no se aburra. Y porque si no, no habría película.
De modo que, ¡ya está! ¡Ya eres alguien en la vida: eres La Mujer De! ¡Ah, esto ya es otra cosa! Como estudiante, trabajadora, ciudadana, no vas a ninguna parte. En cambio, como novia de un hombre importante (y solo los hombres son importantes), el mundo estará a tus pies: coche nuevo, helicóptero, piano de cola… ¿A qué viene esa cara dubitativa?... Ah, ya sé. Te estás preguntando qué precio tendrás que pagar por todo esto. No, Anita, no te preocupes. El precio es casi nada. Solo tienes que aceptar que él pone las reglas. Lo hace porque te quiere. Él decidirá dónde vives, a quién puedes ver y a quién no, te apartará de tu madre y tus amigos, elegirá incluso a tu ginecólogo, pero es porque te quiere. Te dará latigazos y azotes, porque te quiere. (Y pensar que a mí las escenas de sexo de esta película me excitan tanto como Bambi… Debe ser que soy frígida.)
¿Qué, Ana, te he convencido? ¿No del todo?... Ah, ya veo. ¡El feminismo! ¡La igualdad! Qué igualdad ni qué ocho cuartos, Anita, no seas ridícula. Vamos a ver: ¿Quién manda en las grandes empresas? ¿Quién preside las Universidades, las iglesias, los Estados? ¿Quién pilota los helicópteros…? ¿Vas a pasarte la vida esforzándote para no llegar a casi nada, y encima amargada y protestando de que arriba solo llegan ellos? Mejor te buscas un hombre. Y al final, si le obedeces en (casi) todo y le miras con cara de perrito, se enamorará de ti, caerá a tus pies y tendrás poder por fin.
¿Qué, les ha gustado mi resumen de Cincuenta sombras de Grey? ¿Cómo dicen? ¿Qué eso ya lo decía Corín Tellado? ¡No comparen! Las protagonistas de Corín Tellado eran de Vitigudino, viajaban en seiscientos y ser viciosas consistía para ellas en fumar y llevar medias de rejilla. La de Cincuenta sombras vive en Seattle, vuela en helicóptero y folla encadenada. ¿Más diferencias? Mmm… creo que eso es todo.
En definitiva, les recomiendo vivamente que vayan a ver Cincuenta sombras de Grey si les gustan las fotonovelas de Corín Tellado y les excita Bambi. Además, la interpretación es como decía Dorothy Parker, que una vez alabó a cierta actriz asgurando que dominaba una amplísima gama de emociones: de la A a la B. Dakota Johnson y… no llegan a tanto: su gama interpretativa va de la A a la A. Ella baja los ojos y se muerde el labio, él le lanza una mirada de machito alfa, ante lo cual ella baja los ojos y se muerde el labio, él le lanza una mirada de machito alfa, y así sucesivamente.
(Coda. ¿Qué dice usted, señora? ¿Qué se creyó todo eso y se buscó un hombre, y que ahora se da cuenta de que su hombre se parece a Míster Grey en que pone las reglas, monta en cólera si otro hombre la mira, no le deja ver a su madre… pero de helicópteros, pianos de cola y chófer, nada de nada? Y yo qué quiere que le diga, señora. Vaya a reclamarle al patriarcado. A mí que me registren.)

Tamén podedes achegarvos a esta. Premede aquí.

venres, marzo 20, 2015

"Nós cantar cantamos"

Para celebrar o Día da Poesía o centro engalanouse con este proxecto que nos presta o IES Pintor Colmeiro, un traballo en colaboración co IES Ramón Mª Aller Ulloa chamado "Nós cantar cantamos" que consistía na recollida e divulgación de 36 poesías doutras tantas autoras para construír un taboleiro colgando unha cada día e así unir o Día de Rosalía co Día da Poesía. O equipo de poetas é de luxo. E as ilustracións, outra marabilla; foron realizadas nas aulas do Bacharelato de Artes de 2º BAC do IES “Ramón Mª Aller Ulloa”.

xoves, marzo 19, 2015

Lalín en verso (II)

Para celebrar o 21 de marzo, o alumnado da nosa compañeira do CEIP Xesús Golmar, Belén, acudiu á praza para agasallar con poesía a toda persoa que fose á Praza de Abastos. Alí, recitaron poemas en alto e repartiron en papel os poemas que previamente preparan como regalo. Un día precioso e unha actividade marabillosa!
Poesía na Praza:





martes, marzo 17, 2015

Paz no noso centro (IV)


La palabra paz en 83 idiomas from symbiait on Vimeo.


Por fin, temos os vídeos que testemuñan o traballo realizado no Día da Paz no Salón de actos. Dividimos a sesión en varias partes para amosar tamén cales eran aqueloutros vídeos cos que intercalamos a poesía e a música que acompañou a petición de PAZ do IES Laxeiro.





I.- Primeira parte:





Sadako & las Mil Grullas de Papel




II.- Segunda parte:



La teua defensa és la paraula




Birthday.Boy




III.- Terceira parte:




"I know you care", canción pola infancia de Siria


IV.- Cuarta parte:




Rafeef Ziadah - "Nosoutras ensinamos vida, señor"



V.- Quinta parte:



Verdade que sería estupendo?


VI.- Sexta parte:



Every Little Penny Counts :



VII.- Sétima parte:



VIII.- Oitava parte:




IX.- Novena parte:




X.- Décima parte



XI.- Undécima parte:



Imagine , Noa y Khaled

luns, marzo 16, 2015

No entroido, moita mascarada



Durante o mes de febreiro na asignatura de E. Plástica e Visual levamos adiante uns obradoiros de creación de máscaras.
O alumnado de 1º de ESO traballou sobre cartón e con diversos materiais cos que lograron crear texturas visuais e táctiles.



















E co alumnado de 3º de ESO o proceso foi un pouco máis longo, xa que traballaron o modelado dunha máscara en barro co que despois fixeron un molde en escaiola. Posteriormente positivaron de novo a máscara en escaiola para finalmente darlle un acabado metálico. Asemade, tamén realizaron máscaras con outros materiais como a plastilina.















domingo, marzo 15, 2015

Artistas no Laxeiro... (I)

Comezamos unha nova sección no noso blogue porque vimos de descubrir que no IES Laxeiro hai moita arte. E queremos facer partícipe dela a toda a comunidade escolar.
Hoxe é a quenda de Brendom dos Santos, un alumno de 1º de ESO amante dos cómics e dos mangas sobre todo. Xa vedes que promete!



sábado, marzo 14, 2015

A arte de abraiar: Maruja Mallo

Maruja Mallo foi a máis vangardista a estraña das artistas españolas do século XX. Amante de Alberti na súa xuventude e amiga de Lorca e Neruda, converteuse na deusa española do surrealismo. A Guerra Civil exiliouna durante 25 anos, e cando regresou nos anos 60 foi o espello da modernidade.

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Maruja Mallo gastaba una frase monumental para concentrar en un puñado de palabras la esencia de España: «Aquí la culpa de todo la tiene la jodía mística». Es una sentencia tan incalculable que a veces parece exactamente cierta, entera, posible, letal. Maruja Mallo es uno de esos seres que irrumpen en la vida para el oficio de voltearlo todo. Su única misión es ser distinta y parecerlo. Pintar a su manera, blasfemar sin dios ni amo, revocar cualquier leyenda que le aceche haciendo de sí misma algo aún más alucinado. Maruja Mallo es una libertaria de la libertad que limita al norte con el chispazo verbal de Ramón Gómez de la Serna y al sur con el enigma corporal de Tórtola Valencia.
Hasta hace 20 años te podías cruzar con ella por la calle Núñez de Balboa de Madrid. Llevaba los ojos pintados locamente como si mirase a través de dos murciélagos. Viajaba a bordo de unos zapatos con palmo y medio de suela de corcho y el pelo teñido con una pócima de trementina y virutas de cobre. Se vestía con acumulaciones de telas que le iban dando forro y cuerpo, conviertiéndola en la mejor creación de sí misma. Y remataba su prêt-à-porter con un abrigo de pieles que bien podría ser un cementerio de gatos profanado. Maruja Mallo es elegante por su instinto de verbena. Desprejuiciada, incalculable, exótica, fecunda de biografía y de misterio. Pintaba unos cuadros que eran como vidas del revés y están entre lo mejor del surrealismo español sin más reglamento que estrangular los reglamentos.
Estrenó su extravagancia ocupando un puesto absurdo en la familia: la cuarta de 14 hermanos. Nació en la noche de Reyes de 1902 soltando un grito ancestral de fiera distinta. En Vivero, Lugo, estableció el anómalo cuartel de su infancia. La niña pintaba. Pintaba mucho. Pintaba cosas raras afianzando ya su singular vanguardia de antes de los ismos. Entonces aún giraba la cabeza cuando alguien pronunciaba su nombre entero: Ana María Gómez González. Lo de Mallo fue un gesto de juventud tomando como propio el segundo apellido del padre, igual que hizo después uno de sus hermanos menores, el excelente escultor Cristino Mallo. Ambos pasaron la adolescencia en Avilés sin hablarse demasiado. Allí estudiaron Artes y Oficios como quien no se conoce. Se llevaban realmente bien.
Pero el momento de esplendor llegó en 1920, cuando se traslada con la tribu a Madrid (en casa eran 16). Se alista en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y se empadrona en la extrañeza. Ella creía llevar un orden puro por dentro sin darse cuenta de que su mejor talento era provocar el desorden por donde pasaba. Aún de joven, con absoluta naturalidad, decidió entrar en la misa de doce de la iglesia mayor de Arévalo montada en bicicleta, enfilar la nave central, rodear con garbo ciclista el altar mayor y salir del templo a velocidad de crucero mientras las beatas sumergían las cabezas en la pila del agua bendita ante el advenimiento con faldas del demonio. Poco después quiso ganarse de nuevo el cielo y accedió al monasterio de Silos disfrazada de hombre para dar un garbeo por el claustro: «Desde ese día digo que soy la primera travestí inversa de la historia española». Maruja Mallo era eso: la mejor atleta de lo imprevisto. Una gallega de asombros levitando sobre sí misma.
La Generación del 27 fue su caladero, su cuna de artista y su palabra. Anduvo en noches broncas con Buñuel y en mañanas crustáceas con Dalí. Leía a Frank Roth y su Realismo mágico. Se trajinó sin deseo a Miguel Hernández y con Rafael Alberti descubrió que la pasión del mar acaba en las ingles. Fue en 1929 cuando establecieron su eléctrica zona de amantes. Él escribía su mejor libro de poemas, Sobre los ángeles. Ella pintaba una de sus mejores series, Cloacas y campanarios. Maruja Mallo estableció por su cuenta un surrealismo plástico de espigas de trigo, caballitos, molinillos, manolas, espantajos, soles inmensos, peces normales, formas humanas y geometrías. Era una mujer sofisticada que tenía su entusiasmo en lo popular. En 1931 marcha a París a desplegar aquello que sólo ella sabía. Expone en la galería Pierre y acuden Picasso y Miró. El pope del movimiento, André Breton, le compra una pieza. Maruja Mallo está por ahora en el centro de todas las cosas. De todas las cosas del arte.
En España es el mascarón de proa de una generación testicular en la que orbitan artistas como Benjamín Palencia, Alberto Sánchez, Pancho Cossío... Pero es ella la que gana los concursos de blasfemias del café San Millán, en la Plaza de la Cebada, con una solvencia de récord para la herejía. No existe nadie más independiente, raro y voraz en aquel Madrid de raros y voraces que aún conserva una felicidad de poblachón con río. Maruja Mallo pinta con la seguridad de los que viajan en dirección contraria. Llega a la ciudad el gran poeta chileno Pablo Neruda y en ella encuentra una comadre que le ordena los folios de Residencia en la Tierra y lleva el material a la redacción de la Revista de Occidente (donde Ortega y Gasset le propició la primera exposición en 1931). Deslumbrada por la escritura de Neruda quiso dar salida a esa poesía caudalosa, febril, valiente y dañada. Es 1934 y hasta 1936 vivió de fiesta en fiesta junto a Federico García Lorca, Luis Cernuda, Rafael Martínez Nadal, Concha Méndez o Margarita Manso. Madrid aún tenía los colorines amables de los recortables.
Pero el cancán se quebró con la Guerra Civil. Maruja Mallo andaba de Misiones Pedagógicas por Galicia cuando empieza el show de los fusiles. Salta a Portugal, donde la recibe la poetisa Gabriela Mistral (Premio Nobel en 1945). Y de allí a un exilio de 25 años con sede en mil lugares: Santiago, Buenos Aires, Montevideo. Pasa de una pintura de temperamento tropical y cósmico a escenas más oscuras. Continúa resolviendo escenografías, pero aquella dama «mitad ángel, mitad marisco» fue apartándose poco a poco del ruido y de la risa. Aquella gloria que le habría esperado si hubiese seguido sentada en la terraza del café Place Blanche de Montmartre se difuminó sin dejar rastro.
Un cuarto de siglo después de escapar al galope de la carnicería española, decidió regresar. Este país andaba aún en su letargo cuando ella irrumpió de nuevo en los cafés con los ojos pintados de un azul o de un verde inmenso que afianzaba su perfil de quetzal. Aquí muy pocos sabían ya quién era. Pero eso le importó poco. Continuó pintando. Escandalizando a su modo mientras el personal iba recuperando la memoria del arte español con ella dentro. No fue hasta los 80 cuando alcanzó de nuevo su punto de ebullición, gracias principalmente a la escritora e historiadora del arte Estrella de Diego. Maruja Mallo recuperó el sitio, pero más como un retador exotismo de ida y vuelta que como una artista necesaria. En 1982 el galerista Fernando Vijande trajo a Andy Warhol a Madrid para inaugurar una exposición de sus retratos. Aterrizó por aquí con su troupe pajaritera. A la inauguración acudió Maruja Mallo como un maniquí fabuloso. Se acercó al artista americano y éste, al verla, tuvo la primera experiencia de avistamiento de ovni ante aquella abuelita con abrigo de nutria que lo miraba sin prisa por comprobar si el dios del pop estaba hecho de cera.
Por entonces tenía 80 años, era una de las imprescindibles de la Movida y una vez explorada en la vida, la quinta dimensión de la inteligencia y el disparate, andaba pintando una serie que ya fue la última: Los moradores del vacío. Hablaba de hipernautas y de geonautas y de viajes astrales. Asuntos rarísimos que en el idioma de Maruja Mallo adquirían rasgo de normalidad, como si diese la receta del caldo gallego. Pero estaba ya en el túnel del salida. Murió en Madrid el 6 de febrero de 1995. Para entonces era un enigma fabuloso, un esnobismo de la posmodernidad, una novela, el laberinto más fascinante de las verbenas. Y también otra víctima de la «jodía mística» española.