-MITO DE LA MARGINALIDAD: El sentido latente
de este mito, es ubicar a la violencia de género como algo alejado del
propio grupo. Trasladado al terreno de lo excepcional y producto de
determinadas circunstancias, se logra correr su naturaleza de problema
social universal (Bosch y Ferrer, 2012) a algo circunstancial. Una de
las justificaciones más habituales es afirmar que las mujeres víctimas
de violencia machista provienen de hogares con problemas económicos y
sociales, o que son de determinados grupos étnicos. Por ejemplo, muchas
personas ubican la ablación femenina practicada en África como violencia
de género minimizando las situaciones cotidianas que viven muchas
mujeres en nuestro país.
Este mito opera en dos sentidos: como resistencia a la
toma de conciencia de que la causa de la violencia de género es el hecho
de ser mujeres, independientemente del nivel de estudios, edad, clase o
etnia; y además provoca que aquellas mujeres que no cumplen con este
“perfil”, se sientan aún más avergonzadas y culpables, limitando
subjetivamente el acceso a los sistemas de atención pública
especializada.
-EL MALTRATO ES UN ASUNTO PRIVADO DEL ÁMBITO FAMILIAR.
El maltrato es un delito contra la libertad, contra la integridad
física y psíquica, contra la dignidad humana y muchas veces contra la
vida. Por tanto no es un asunto privado. No es un “problema de pareja”,
ya que una de las partes es víctima de vejaciones, humillaciones, golpes
e incluso muerte. En tanto público, tenemos la obligación como
ciudadanos de no hacer la vista gorda y denunciar si fuere necesario,
sobre todo cuando hay riesgo vital de la mujer. Por otro lado, y como
sociedad también, debemos respetar los espacios y el proceso de esa
mujer para que se empodere y se reconstituya subjetivamente como sujeto
de derechos, y dejar que ella pueda tomar las decisiones de denunciar y
terminar con la situación de violencia desde otro lugar (siempre que no
esté en riesgo su vida, y en consonancia con nuestra postura en la
entrada “Combatiendo patriarcado con paternalismo. La obligación de
denunciar”).
-ES IMPOSIBLE ROMPER CON UNA RELACIÓN DE MALTRATO:
En un contexto de contención que propicie que la mujer recupere la
confianza en sí misma, es posible salir del círculo de la violencia.
-LOS MALOS TRATOS SON PÉRDIDAS MOMENTÁNEAS DE CONTROL:
Esta ampliamente estudiado que la violencia de género no es producto de
hechos aislados sino que se corresponden con un patrón vincular
configurado por el ciclo de la violencia. Este mito tiende a minimizar
la complejidad de esta realidad constituida por ciclos que se repiten
una y mil veces.
MITOS SOBRE LAS MUJERES MALTRATADAS
-LAS MUJERES CON CIERTAS CARACTERÍSTICAS TIENEN MÁS PROBABILIDAD DE SER MALTRATADAS: Las
mujeres maltratadas no tienen un perfil particular que implique edad,
posición social, nivel educativo raza o etnia. Tal como se explicó en
el “Mito de la marginalidad”, haber nacido bajo el sexo femenino en una
sociedad que coloca a este grupo en una posición inferior, es la
condición para ser potenciales víctimas de violencia.
-SI LAS MUJERES MALTRATADAS NO SE MARCHAN, ES PORQUE ALGO LES GUSTA, SINO SE MARCHARÍAN EN SEGUIDA: este
mito pone el acento en culpabilizar a la mujer sin comprender la
complejidad que envuelve a la Violencia de Género. Por un lado hay un
trabajo sistemático por parte del maltratador que socava la integridad
subjetiva de su víctima, dejándola sin herramientas para poder correrse
de la situación que la violenta. A su vez, estas mujeres suelen estar
presas de amenazas más o menos explícitas que invaden la realidad de un
miedo que las paraliza. Todo esto, sobre una base cultural que establece
que el rol de la mujer es más dependiente y pegado al mundo familiar,
responsabilizándolas de la “integridad familiar”. Esto último está
asociado a otro mito que hace primar el supuesto beneficio de los niñxs.
Y esto, como ya hemos explayado en otra entrada es una mentira, ya que
los y las menores se convierten también en víctimas de violencia de
género. (Entrada: Niñxs testigos de violencia).
MITOS SOBRE LOS MALTRATADORES:
-LOS MALTRATADORES SON PERSONAS ENFERMAS Y/O DROGADICTAS Y/O ALCOHÓLICAS:
Hay muchos varones drogadictos, alcohólicos y /o enfermos
que no son violentos con las mujeres. Esto demuestra que son dos
cuestiones independientes. La violencia contra las mujeres parte de la
acción del varón por reafirmar su posición de poder y demostrar su
superioridad. Ejemplo de esto es que la mayoría de los maltratadores
poseen una “doble fachada”, esto es no manifestar su violencia fuera del
ámbito doméstico.
-CON EL TIEMPO LOS MALTRATADORES PUEDEN CAMBIAR:
Las situaciones de maltrato no mejoran con el tiempo; al contrario, el
círculo de la violencia en su perpetuación tiende a ser cada vez más
seguido e intenso. Debemos mencionar que sí existen tratamientos
socioeducativos como lo que promueve Lazo Blanco que pretenden re educar
en equidad de género a los varones maltratadores, y la reincidencia en
el maltrato de aquellos que acceden y terminan el tratamiento es
realmente baja, de acuerdo a manifestaciones de Hugo Huberman,
integrante de la organización.
-LOS MALOSTRATOS SE DEBEN A LOS CELOS:
Los celos son un mecanismo de control que utiliza el
maltratador, y los actos tendentes a controlar o aislar a la mujer
constituyen violencia psicológica (ONU, 2006).
Presentamos un gráfico explicativo realizado por Bosch y Ferrer (2012)
En síntesis, los mitos de las mujeres maltratadas
desplazan la carga de culpa de ellos hacia ellas ya sea porque tienen
determinadas características o porque la consienten; los mitos sobre los
maltratadores ponen el acento en factores de “ese varón” en concreto
que lo llevarían hacia el acto de violencia, retirándole de manera más o
menos evidente la culpa; y los mitos sobre el maltrato hacen percibir
esta realidad como algo ajeno, privado y sin salida. La fuerza del mito
radica en ver esto como un aserto inamovible que configura una narración
que se resiste a ponerse en duda. Tal como muestra la imagen, los mitos
se potencian unos a otros con el fin de volver a “foja cero” cuando la
violencia de género era totalmente negada en su existencia.
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